¿Puede la actitud de una persona influir en el éxito o fracaso de sus proyectos? No es fácil determinar el nivel de influencia que la actitud tiene en el discurrir de la vida de una persona, pero una cosa es cierta: quien afronta la vida con actitud positiva, tiene muchas papeletas para alcanzar el éxito en lo que se proponga.
Actitud vs aptitud
Pero, ¿qué pasa con quien cuenta con enormes aptitudes, y carece de la actitud correcta? ¿Es suficiente con ser un “excelente profesional”? ¿Tiene uno las puertas abiertas sólo contando con un curriculum deslumbrante? Si el poseedor de tales destrezas carece de la actitud adecuada, lo más seguro es que no logre (o le sea muy complicado) afianzarse en el mundo laboral.
Sería un error evaluar a un candidato única y exclusivamente en base a su curriculum, ya que ha de desenvolverse en un equipo humano, bajo unos determinados niveles de presión o ansiedad, y siguiendo las directrices que exija el puesto o la empresa para la que vaya a trabajar. Por eso es tan importante la entrevista de trabajo, que suele centrarse más en los aspectos personales y psicológicos del candidato. Buscando precisamente evaluar su actitud.
Claves para una actitud positiva

Un error, una oportunidad
¿Sirve de algo lamentarse eternamente?, ¿nos soluciona algo cargar culpas a otros o compadecerse de uno mismo?. Es evidente que no.
De modo que lo más sensato es tratar de extraer la enseñanza que todo error lleva implícita en si mismo. Y eso sólo es posible a través de la autocrítica, el examen de conciencia, y la asunción de responsabilidades.
El Rey ha muerto, ¡viva el Rey!
Un fracaso cosechado, un error cometido o un obstáculo no superado no pueden estar siempre presentes. Hay que saber “pasar página” a tiempo, a la vez que asimilar todo lo que esas experiencias hayan podido aportarnos.
La botella, medio llena
Pero resulta que (salvo, claro está, las desgracias irreparables) todo suele tener su parte positiva. Y en muchos casos sólo hay que esforzarse por verla. ¿No puede ser la pérdida de un empleo una oportunidad de formarse?, ¿acaso no podría ser el principio de un cambio de rumbo más positivo y halagüeño? En muchos casos, que así sea depende en gran parte de uno mismo.
Haz el “humor”
A cambio, dejarse “bombardear” por estímulos positivos (cine, teatro, amistades positivas, etc) produce un efecto beneficioso en nuestra actitud. ¿Por qué no dejar que actúe esa terapia tan poco costosa como efectiva?
Practica la solidaridad
Quien pone en práctica la solidaridad, desarrolla una cualidad muy importante en la buena aptitud: la empatía. Esto es, el saber ponerse en lugar del otro, y comprender las situaciones y vivencias ajenas.
Actitud e imagen personales
Y no es posible tener buena reputación, ni ser respetado sin una actitud positiva, confiable, optimista, alegre, generosa, etc. De modo que al final, el camino hacia la felicidad debe comenzar por uno mismo. Y la actitud tiene muchísimo que ver.
Clasificación: 2.2/5